En su intervención, el líder de la ONU también refrendó su llamado a un alto el fuego global “para aliviar el sufrimiento, crear un espacio para la diplomacia y permitir el acceso humanitario, incluida la entrega de vacunas en todo el mundo”.
Tras alertar sobre el riesgo de que las vacunas y diagnósticos actuales podrían perder efectividad si se permite la propagación del virus en el Sur global y los estragos aún mayores que esto provocaría en las esferas sanitaria y económica de todos los países, pugnó por el establecimiento de un Grupo de Trabajo de Emergencia que impulse y coordine la lucha contra la pandemia a nivel mundial.
El G20, dijo, podría encargarse de esta tarea que, además de la formación del Grupo, comprendería la elaboración de un Plan Mundial de Vacunación para reunir a todos los actores con poder, experiencia científica y capacidades financieras y de producción.
En su opinión, el Plan debería incluir a todos los países con capacidad de desarrollar o producir vacunas si se contara con las licencias para hacerlo.
Según Guterres, la reunión del G7 a finales de esta semana “puede generar el empuje para movilizar los recursos financieros necesarios”.
Destacó el trabajo que se puede hacer cuando el mundo se une y citó como ejemplo el mecanismo COVAX, que busca garantizar la llegada de las vacunas a los países de renta baja y media. No obstante, enfatizó que el COVAX requiere recursos.
La sesión del Consejo de Seguridad fue convocada por el Reino Unido, país que ostenta la presidencia mensual, y versó sobre la implementación de la resolución 2532 que, entre otras disposiciones, aboga por acelerar la respuesta a la pandemia, haciendo énfasis en los países necesitados o en situaciones de conflicto armado o crisis humanitaria.