En este sentido, la organización alertó que las consecuencias asociadas al cierre de las escuelas (falta de aprendizaje, ansiedad, dificultades para recibir las vacunas y un mayor riesgo de caer en el abandono escolar, el trabajo infantil y el matrimonio infantil) afectarán a muchos niños, sobre todo a los estudiantes más jóvenes, que se encuentran en las etapas más decisivas del desarrollo.
Si bien celebró que en países de todo el mundo se están tomando medidas para ofrecer educación a distancia, un 29% de los estudiantes de educación primaria no están recibiendo ninguna ayuda. Además de la falta de recursos que se precisan en esta modalidad de educación, es posible que muchos niños no puedan participar debido a que no cuentan con apoyo para utilizar la tecnología, viven en un entorno de aprendizaje inadecuado, tienen que ocuparse de las tareas del hogar o se ven en la obligación de trabajar.
UNICEF afirmó que distintos estudios han demostrado que las experiencias escolares positivas durante este periodo de transición son un factor que permite predecir los resultados sociales, emocionales y educativos de los niños en el futuro. Del mismo modo, los niños que se quedan atrás durante los primeros años de su educación suelen seguir rezagados el resto del tiempo que permanecen en la escuela, una brecha que se acentúa a medida que pasan los años. Además, los ingresos del niño en el futuro dependen proporcionalmente del tiempo que recibe una educación.
Si no se emprenden medidas de mitigación, el Banco Mundial estima que esta generación de estudiantes sufrirá una pérdida de unos 10.000 millones de dólares en ingresos cuando sean adultos. Además, existen pruebas que demuestran que el coste de abordar las brechas en el aprendizaje es menor y más efectivo cuando se actúa con tiempo, y que las inversiones en la educación favorecen la recuperación, el crecimiento y la prosperidad económica.
Tres prioridades
Por todo ello, UNICEF llamó a los gobiernos a que vuelvan a abrir las escuelas para reanudar la educación presencial y que proporcionen a los estudiantes una respuesta integral de recuperación. Junto con el Banco Mundial y la UNESCO, UNICEF insta a los gobiernos a centrarse en tres prioridades esenciales con el propósito de favorecer la recuperación en las escuelas.
La primera de estas prioridades son los programas específicos que faciliten el regreso de todos los niños y jóvenes a la escuela y les proporcionen acceso a servicios adaptados que les permitan abordar sus necesidades en materia de educación, salud y bienestar psicosocial, entre otras.
En segundo lugar, proponen clases de recuperación efectivas que ayuden a los estudiantes a ponerse al día con el aprendizaje perdido y, por último, una ayuda para los maestros, de manera que puedan subsanar las pérdidas de aprendizaje e incorporar la tecnología digital a sus clases.
Durante las próximas semanas, UNICEF seguirá movilizando a sus aliados y a la población general con el fin de “impedir que esta crisis educativa se convierta en una catástrofe”. Las campañas en vivo y en línea reunirán a dirigentes mundiales, maestros y madres y padres en torno a una causa común: volver a abrir las escuelas cuanto antes y reanudar la educación presencial.
(Con información de Europa Press)