“Nos enfrentamos a la mayor cascada de crisis de nuestra vida”, manifestó antes de alertar: “temo que nuestro mundo se dirige hacia dos conjuntos diferentes de reglas económicas, comerciales, financieras y tecnológicas, dos enfoques divergentes en el desarrollo de la inteligencia artificial y finalmente dos estrategias militares y geopolíticas diferentes”.
En persona y en pantalla, los líderes mundiales regresaron el martes a la sede de Naciones Unidas por primera vez en dos años con una enorme agenda de crisis para abordar, incluyendo la pandemia del coronavirus y el imparable calentamiento del planeta.
Otros asuntos acuciantes son las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China, el incierto futuro de Afganistán con el nuevo liderazgo del Talibán y los conflictos activos en Yemen, Siria y en la región etíope de Tigray.
El año pasado, ningún líder viajó a la sede de la ONU por el azote del coronavirus en todo el mundo y todos los discursos fueron grabados con antelación. Este año, la Asamblea General ofreció a los mandatarios la opción de viajar a Nueva York o intervenir online, y más de 100 jefes de Estado y de gobierno han confirmado que estarán en el salón.
Por tradición, la primera nación en intervenir es Brasil, cuyo presidente, Jair Bolsonaro, no está vacunado contra el coronavirus. El pasado jueves reiteró que no tiene previsto hacerlo pronto y se justificó alegando que pasó el Covid-19 y que tiene un elevado nivel de anticuerpos.
Un asunto clave en vísperas de la Asamblea fueron los requisitos de entrada a Estados Unidos — y a la propia sede de la institución — para los líderes mundiales. Estados Unidos exige estar vacunado o presentar un test negativo al Covid-19 reciente, y la ONU operará con un sistema de honor por el que cualquiera que entre al complejo certifica que no tiene síntomas y que no arrojó positivo en los últimos 10 días.
Los tres discursos más esperados del martes por la mañana serán los del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que se estrena en la reunión tras derrotar a Donald Trump en las elecciones de noviembre; el del presidente de China, Xi Jinping, quien en una sorpresiva decisión aparecerá en video, y el recién elegido presidente de Irán, el conservador Ebrahim Raisi.