“El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene que hacer algo” con el tema de los cárteles mexicanos de la droga, asegura a EL UNIVERSAL el analista político Hernán Molina.
“Estados Unidos no se la va a perdonar si no hace algo contundente”, insiste Molina.
La presión tras el secuestro de cuatro estadounidenses por un cártel de la droga que los confundió y el asesinato de dos de ellos, es cada vez más intensa para que los cárteles sean clasificados como terroristas y, hecho eso, permitir que militares estadounidenses intervengan en su contra.
La presencia de John Kerry en México, enviado especial del presidente estadounidense Joe Biden, para reunirse con López Obrador el próximo 21 de marzo, “es una muestra de lo molestos que están en la Casa Blanca con todo lo que está sucediendo con los cárteles de la droga, que están evidentemente imparables, actuando con total libertad e impunidad”, afirma Molina desde Los Ángeles, California.
“Kerry va a México a releerle la cartilla —a López Obrador—, a exigir que el presidente Biden quiere resultados contra los cárteles”, subraya.
López Obrador se reunirá también con Elizabeth Sherwood-Randall, asesora de seguridad de la Casa Blanca: “Es un poco la introducción de las instrucciones que llevará Kerry”, dice Molina, para quien el gobierno mexicano tendría que hacer “una detención o varias de altos perfiles del narco”, a fin de mostrar que actúa con firmeza.
Republicanos acusan que los gobiernos mexicanos han dejado al narco el control de parte del territorio, y analistas advierten que se ha infiltrado a la política, pagando campañas o imponiendo candidatos. El ataque contra los cuatro estadounidenses que dio la vuelta al mundo, no sólo reforzó la visión de que México es un país inseguro, violento, al que es peligroso viajar: “También deja en claro que México está controlado o gobernado en paralelo por las mafias de la droga y que evidentemente, hasta este momento, son intocables” sentencia.
No sólo el exfiscal general Bill Barr, sino muchos republicanos se refieren a los cárteles como narcoterroristas: “Esto es muy sugerente porque muchos políticos —federales y estatales— en EU ya los ven así, como terroristas y la presión republicana sobre el presidente Biden cada vez es más fuerte y después de ataques como el que acaba de suceder —en Matamoros, Tamaulipas—, la situación está más tensa que nunca”, dice a este diario Pablo Salas, politólogo, en Miami, Florida.