Aunque Ucrania no es uno de los Estados miembro del G7, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski acaparó gran parte de la atención el último día de la cumbre de tres días celebrada en la ciudad japonesa de Hiroshima.
En un discurso en el Parque Conmemorativo de Hiroshima, Zelenski reiteró lo importante que es para el mundo escuchar al pueblo ucraniano pidiendo “unidad” desde Hiroshima, la ciudad que fue reconstruida después de ser atacada con una bomba atómica estadounidense en 1945.
En un discurso enérgico pronunciado en Ucrania, dijo que las imágenes en el museo de Hiroshima le recuerdan a Bajmut, donde “no hay absolutamente nada vivo” y “todos los edificios están destruidos”.
Los pedidos de apoyo de Zelenski en la cumbre recibieron respuestas positivas. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reveló un paquete adicional de ayuda militar de 375 millones de dólares para Ucrania, mientras que otros líderes del G7 prometieron apoyo continuo para el país, devastado por la invasion rusa.
“No hay ganadores en una guerra nuclear”
El primer ministro japonés Fumio Kishida dijo que es “significativo” que el G7 mostrara solidaridad al invitar a Zelenski y que el grupo reafirmara que “no hay ganadores en una guerra nuclear” y que este tipo de conflicto “nunca debe librarse”.
Como uno de los pocos países asiáticos que ha mostrado un apoyo inquebrantable a Ucrania desde el comienzo de la guerra, Japón hizo del G7 “un gran éxito” en muchos niveles, apunta Sari Arho Havren, investigador visitante de la Universidad de Helsinki. Al invitar a Zelenski a la cumbre, Kishida reforzó su apoyo interno mientras usa la cumbre para elevar el perfil de Japón entre países de ideas afines, explica.
Reuniones al margen asumen una importancia vital
Uno de los eventos más esperados durante la cumbre fue la primera reunión en persona entre el primer ministro indio Narendra Modi y Zelenski desde que Rusia invadiera Ucrania en febrero pasado.
India se ha mostrado previamente reacia a condenar la invasión rusa y sus lazos económicos actuales con Moscú han sido objeto de escrutinio internacional. Sin embargo, en la reunión del sábado con Zelenski, Modi prometió que India haría todo lo posible para ayudar a poner fin al conflicto.
La voluntad de Modi de reunirse con Zelenski muestra que India puede estar reconsiderando su posición sobre la invasión, precisó el politólogo Ian Chong, de la Universidad Nacional de Singapur.
En cuanto a Zelenski, la oportunidad de interactuar con Modi en persona puede abrir la opción de que India actúe como puente entre Rusia y Ucrania, dijo Chong a DW. La reunión también le recuerda a China que no es la “única opción sobre la mesa” para Ucrania y Rusia, agregó.
Tratar con China
Si bien el tema de Ucrania dominó la cumbre de Hiroshima, los líderes del G7 también adoptaron una respuesta unida a una amplia gama de preocupaciones sobre China.
En un comunicado publicado el sábado, los jefes de Estado del G7 expresaron serias preocupaciones sobre las actividades militares de China en el mar de China Meridional y el mar de China Oriental y pidieron soluciones pacíficas a la creciente tensión en el estrecho de Taiwán.
Al mismo tiempo, expresaron su deseo de construir “relaciones constructivas y estables” con China, y enfatizaron que las principales democracias del mundo deben expresar sus preocupaciones directamente a Pekín.
Para reiterar su objetivo de “reducir los riesgos” pero no “desacoplarse” económicamente de China, los Estados miembros del G7 también subrayaron que sus políticas económicas no están diseñadas para “frustrar” el progreso y el desarrollo económico de China.
Sin embargo, el bloque también se comprometió a contrarrestar los desafíos planteados por las “políticas y prácticas ajenas al mercado”, incluida la transferencia forzada de tecnología y la divulgación de datos, que según el G7 ha distorsionado la economía global.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China respondió al comunicado del G7, diciendo que el enfoque del grupo “no tiene credibilidad internacional” y lo acusó de “obstaculizar la paz mundial”. La airada respuesta china muestra, para Dexter Roberts, de la Iniciativa de Seguridad Indo-Pacífica del Atlantic Council, que el comunicado del G7 “tocó un nervio” en Pekín.
Para Chong, “la pregunta es cómo estos diferentes países”, con diferentes intereses y niveles de compromiso económico con China, “llevan a cabo lo que dicen”. Y si, a la unidad de declaraciones, sigue la unidad de acción.