Antonio Ceja
A casi cinco años del (des) gobierno del tabasqueño Andrés Manuel López, nada rescatable de su gestión ha sido motivo de reconocimiento nacional y mucho menos internacional. A cambio, las acciones gubernamentales emprendidas por López solo han hecho que se deteriore a grados alarmantes la economía, la democracia y el Estado de Derecho.
Para nadie es desconocido que los gobernadores emanados de morena y sus diputados, senadores y alcaldes, no mueven un dedo si no se los ordena López; basta leer en redes sociales los mensajes que escriben los secretarios de estado como Marcelo Ebrard, Rocío Nalhe, Hugo López Gathel, Augusto López u Octavio Romero y, todos, inician con la leyenda “por instrucciones del presidente de México” reflejan la dependencia del mandatario mexicano en función de las obligaciones individuales de cada funcionario federal; en pocas palabras, no son capaces de actuar independientemente so pena de ser considerados como indeseables a los ojos del dictador y, con ello, caer de su gracia.
Y mientras que López se la pasa haciendo pendejada y media en sus mañaneras, tiene la confianza de que sus incondicionales le sacarán las papas del fuego. El Poder legislativo es omiso –por mayoría morenista-petista y verde ecologista- a las pendejadas del presidente y, lejos de llamar a cuentas al macuspano y a los miembros del gabinete, los dizques representantes del pueblo son cómplices de las raterías del sistema morenista se han dedicado a legislar una sarta de leyes que van en contra de los principios del Derecho y la legalidad y, en el peor de los casos, de crear leyes que apapachen a su líder.
Tacos y mentadas de madre.
Dulce María Silva, diputada federal de Morena y la mayoría de esa secta, se han vuelto tendencia en redes sociales y medios de comunicación al proponer que a los tacos de canasta se les otorgue una denominación de origen y que se aplique una multa de cuatro mil cien pesos a los medios de comunicación que injurie al presidente, o sea, a López Obrador.
¿En verdad no existen asuntos legislativos más importantes que atender?
De los tacos de canasta, ahí que se hagan bolas, pero lo que ha levantado serias preocupaciones, es que en el Poder Legislativo está caminando la iniciativa de la bancada de Morena de sancionar actos de injuria en contra de López Obrador que sean emitidos por medios de comunicación o por periodistas sumiendo a la libertad de expresión a la censura.
Pero, primero, veamos que es “injuria”:
Hecho o insulto que ofende a una persona por atentar contra su dignidad, honor, credibilidad, etc., especialmente cuando es injusto.
AMLO de ninguna manera tiene credibilidad.
Carece de toda dignidad.
Su honor es nulo.
Aunque todos son sinónimos, pero tienen una muy ligera variación en función de casos determinados, una injuria básicamente es una declaración infundada que dañe a una persona o institución.
¿AMLO tiene credibilidad?
No. Porque prometió que la gasolina la bajaría a $10.00 el litro.
No. Porque prometió que se acabaría el huachicoleo y éste sigue rampante.
No. Porque nos prometió un sistema de salud como el de Dinamarca y eso no ha ocurrido.
No. Porque dijo que se terminaría el desabasto de medicamentos y la escasez sigue afectando la salud de miloones de mexicanos.
No. Porque dijo que desde el primer día se acabaría la corrupción. Hoy, organismos internacionales y nacionales exponen la enorme corrupción del régimen de López a quien han nombrado El Rey del Cash.
¿AMLO tiene honor?
No. Porque dijo que se cambiaría de nombre si no tewrminaba el desabasto de medicamentos.
No. Porque dijo que renunciaría a la presidencia si la marcha para defender al INE realizada el pasado mes de noviembre reuniera a 100 mil personas; fueron casi 600 mil a la marcha.
No. Porque mintió al reconocer que, por sus pistolas, ordenó liberar a Ovidio Guzmán.
No. Porque prometió llevar a juicio a los expresidentes y éstos siguen riéndose del macuspano.
No. Porque se dobló ante el extinto gobierno de Donald Trump al aceptar condiciones desfavorables en materia de migración.
¿AMLO tiene dignidad?
No. Porque se niega a rendirle honores a la nación al no entonar el himno nacional y saludar al lábaro patrio.
No. Porque su odio no le permite recibir a las víctimas de actos criminales, pero ensalza a delincuentes.
No. Porque defiende regímenes dictatoriales como los de Irán, Cuba, Nicaragua y Venezuela y los condecora con los máximos galardones nacionales como el Águila Azteca.
No. Porque presume de austeridad, pero vive en un palacio.
No. Porque dice “primero los pobres” y les llama mascotas y proveedores de votos a cambio de apoyos.
No. Porque respalda a una ministra que plagió su tesis profesional y protege a delincuentes como Marcelo Ebrard, sus hermanos Pío y Martín, a su prima Felipa, y al “máistra” Delfina hoy candidata al gobierno del EdoMex.
La pachanga legislativa parece no tener fin pero esto no importa mientras al tartufo le logren sacar una sonrisa sin importar lo que suceda con el país.