La ONU se ha pasado unos cuantos meses mareando a los medios internacionales mientras daba vueltas al momento exacto en el que India daría el sorpasso demográfico a China. Lo único seguro es que eso ocurriría en 2023. Hasta los destronados chinos aceptaban la máxima. Pero ha sido imposible que las agencias de la ONU, que han ido sacando proyecciones por separado estos meses, se coordinaran para marcar una fecha en el calendario. Ello ha empujado a una confusión en la prensa, con diarios y televisiones publicando, cuando mejor les convenía, del titular de que India ya era el país más poblado.
El problema es de base: nadie sabe realmente cuánta gente vive en India. La vasta nación en cuestión no realiza un censo desde 2011. El que tocaba hacer en 2021 se retrasó con la excusa de la pandemia. Y ni siquiera están actualizadas, más allá de 2019, las estimaciones que suelen publicar desde el Gobierno del nacionalista Narendra Modi. Incluso las previsiones internas de los institutos indios han estado haciendo estos meses la competencia a la ONU para ver quién enredaba más con los datos.
En medio de todas estas lagunas, la opinión mayoritaria de los demógrafos internacionales, muchos analistas de la ONU y los técnicos que han estado proporcionando al Gobierno indio los últimos años las encuestas anuales por muestreo es que todo ese caos no tapa el hecho histórico: India ya es, seguramente, el país más poblado del planeta.
Esta última semana de abril, según ha anunciado ahora el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, la nación del sur de Asia acabará rozando los 1.426 millones de habitantes. Esa cifra ya la alcanzó China el año pasado, pero desde entonces su población no ha parado de caer, a diferencia del vecino con el que comparte una larga y disputada frontera en el Himalaya.
Desde el Fondo de Población del organismo internacional dijeron la semana pasada que India tendría a mediados de año alrededor de tres millones de personas más que China, quien llevaba ocupando el trono desde que en 1950 comenzaron los registros de población de Naciones Unidas. Aunque la mayoría de demógrafos coinciden en que China ha sido el país más densamente poblado del mundo desde la caída del Imperio Romano.
MÁS DE 8.000 MILLONES DE PERSONAS
En 1955, había 2.800 millones de personas en la Tierra. Hoy, ésa es la población que suman solamente los dos gigantes asiáticos, que además representan más de un tercio de la población mundial, que superó a finales del año pasado la barrera de 8.000 millones.
El censo indio no ha parado de crecer, cuadriplicándose en poco más de medio siglo, mientras que China se enfrenta a una histórica recesión demográfica. El año pasado, por primera vez desde 1960, el número de muertes en la segunda potencia mundial superó al de nacimientos. Arrastrada por la política de un solo hijo (extinta desde 2016, ahora se pueden tener tres) y con el aumento considerable de los costes de vida, la tasa de fecundidad en China ha caído a solo 1,2 hijos. Pero en India, con dos nacimientos de media por madre, esa tabla también se ha ido desacelerando de los casi seis nacimientos promedio que había en la década de 1960.
“India experimentó un rápido crecimiento de la población, casi un 2% anual, durante gran parte de la segunda mitad del siglo pasado. Con el tiempo, las tasas de mortalidad cayeron y la esperanza de vida aumentó, agregando más de mil millones de personas desde la independencia en 1947, y se espera que su población crezca durante otros 40 años”, analiza el demógrafo Tim Dyson, de la London School of Economics. “El aumento de los ingresos y la mejora del acceso a la salud y la educación han ayudado a las mujeres indias a tener menos hijos que antes, lo que efectivamente aplanó la curva de crecimiento”.
Un crecimiento que, al igual que ocurrió en China, en el nuevo país más poblado del mundo es bastante desigual. En India, que tiene aproximadamente un tercio del tamaño que su gigantesco vecino asiático en términos de superficie terrestre, la mayoría de los residentes se agrupan en los estados norteños. Las tasas de fertilidad varían drásticamente si se mira a un lado u otro del mapa.
En el sur, más rico y avanzado, además de brindar a las mujeres un mayor acceso a anticonceptivos y servicios de planificación familiar, ellas tienen mejores recursos educativos, más oportunidades laborales y un estatus social más elevado, lo que empuja a que las familias sean más pequeñas pero más prósperas.
Dos ejemplos que facilita la Encuesta Nacional de Salud Familiar más reciente, de 2021: en Tamil Nadu, al sur, el 84% de las mujeres, quienes promedian 1,8 hijos, saben leer y escribir, en comparación con el 55% en el estado de Bihan, al norte, donde las mujeres promedian tres hijos.
En India muchos temen que ese nuevo posicionamiento como el país más poblado pueda sobrepasar a la larga sus recursos en una tierra donde la desigualdad extrema sigue siendo la gran rémora: la pobreza, agudizada por la inflación de alimentos, se extiende sobre todo en el norte, y las tensiones étnicas, potenciadas por un gobierno cada vez más arrinconado hacia el nacionalismo hindú, crecen entre regiones tan dispares que se balancean de distinta manera ante el auge demográfico.
La tendencia para el futuro es que estos contrastes seguirán teniendo como base que India presenta una población muy joven: una de cada cinco personas menores de 25 años en el mundo nació en este país del sur de Asia. La edad media de la población india es de 28 años, mientras que la de China es 10 años más. Solo mirando los bebés (hasta cuatro años), India cuenta con alrededor de 113 millones, el doble que China y más que toda la población conjunta de España e Italia.