El gobierno de Andrés Manuel López Obrador enfrenta un doloroso ajuste de cuentas, ya que las tasas de interés altas dispararán 25% el costo financiero de la deuda de México en 2023.
“Los costos por intereses fueron de 818 mil millones de pesos mexicanos (41 mil millones de dólares) en 2022, por lo que aumentaron poco menos del 20% interanual y se prevé que suban un 25% en 2023”, revela el Índice de Deuda Soberana anual de Janus Henderson.
En 2022, la deuda de México ascendió a 143 billones de pesos mexicanos (736 mil millones de dólares), lo que supone un aumento interanual del 6.3%, porcentaje ligeramente inferior a la media mundial.
Según el gestor de activos, el ratio deuda de México comparado con el producto interno bruto (PIB) es del 51%, lo cual es inferior a la media mundial y se sitúa en el medio del grupo de los mercados emergentes.
La deuda pública per cápita de México ascendió a 112 mil 501 pesos mexicanos (5 mil 769 dólares), en línea con los demás países latinoamericanos.
En 2022 y 2023 se han producido cambios drásticos en las finanzas públicas de todo el mundo, afirmó Janus Henderson.
A finales del año pasado, el valor total de la deuda pública mundial había saltado un 7.6% sobre una base de moneda constante a un récord de 66.2 millones de dólares, el doble del nivel de 2011. El gobierno de Estados Unidos tuvo más préstamos adicionales en 2022 que cualquier otro país combinado.
“El nivel de la deuda pública y cuánto cuesta el servicio realmente es de importa para la sociedad, afectando las decisiones sobre impuestos, gasto público y planteando cuestiones de equidad generacional”, dijo Jim Cielinski, jefe global de Renta Fija en Janus Henderson.
El directivo de la empresa con 287 mil millones de dólares en activos bajo gestión señaló que desde la crisis financiera global, los gobiernos han tomado préstamos con una libertad asombrosa.
“Las tasas de interés cercanas a cero y los enormes programas de QE (quantitative easing o flexibilización cuantitativa) de los bancos centrales han hecho posible una expansión tan grande de la deuda pública, pero los titulares de bonos ahora exigen rendimientos más altos para compensarlos por la inflación y los riesgos crecientes, esto está creando una carga significativa y creciente para los contribuyentes”, comentó Jim Cielinski.
Agregó que la transición a condiciones financieras más normales está resultando un proceso doloroso: “Esperamos que la economía mundial se debilite notablemente en los próximos meses y que la inflación se desacelera más de lo que la mayoría anticipa”.
Los costos están aumentando bruscamente. Las cuentas de interés del gobierno aumentaron casi más de una quinta parte en 2022 (+20.9% en moneda constante) a un récord de 1.38 billones, precisó el Índice de Deuda Soberana.
“Este fue el aumento más rápido desde 1984 y reflejó tanto el aumento de las tasas como el creciente volumen de préstamos soberanos”, expresó el estudio.
“La tasa de interés efectiva, que incluye préstamos más antiguos y más baratos, subió al 2.2% en 2022, un séptimo interanual”.
Este costo sigue aumentando a medida que se emiten nuevos bonos a tasas de interés más altas y se retira la deuda más vieja y barata, añadió Janus Henderson.
La tasa de interés efectiva en 2025 será del 3.8%, casi tres cuartos más que el nivel de 2022.
“Esto resultará muy caro para los gobiernos. Para 2025, los gobiernos de todo el mundo tendrán que gastar 2.80 billones de dólares en intereses, más del doble del nivel de 2022”, detalló Janus Henderson.
Esto costará un 1.2% adicional del PIB desviando recursos de otras formas de gasto público o requiriendo aumentos de impuestos. Estados Unidos está particularmente expuesto a esta medida.