Su anuncio ocurre a pesar de que México recibió el 2 de junio una solicitud de la Oficina de la Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) para iniciar consultas al amparo del capítulo 31 (solución de controversias) del T-MEC contra la prohibición de maíz transgénico.
Canadá se sumó el 9 de junio a las consultas al compartir “la preocupación de Estados Unidos de que las medidas de México no están respaldadas científicamente y pueden perturbar innecesariamente el comercio en el mercado norteamericano”.
Pero López Obrador mantuvo su postura este lunes al mostrarse dispuesto a llegar a un panel de solución de controversias.
“Estamos poniendo orden y no hay que tenerle miedo a las controversias porque sí queremos fortalecer nuestras relaciones económicas, comerciales. México es el principal socio económico comercial de Estados Unidos”, manifestó.
Los roces han crecido desde el decreto que emitió el Gobierno de México en febrero pasado, que impide usar maíz amarillo o transgénico para consumo humano, aunque fija un plazo de dos años para la llegada de este grano destinado a forraje.
La molestia ha subido en Estados Unidos porque México es el segundo destino de sus exportaciones.
El presidente mexicano aseguró que “están trabajando” con Washington, le han explicado cuál es la postura del Gobierno de México y han “dado opciones”, como realizar estudios conjuntos para definir el daño causado por el maíz amarillo o transgénico.
“Siguen insistiendo en que se pueda utilizar el maíz amarillo en consumo humano y no lo vamos a permitir, por eso es esta consulta y puede ser que nos lleve a un panel, pero es un asunto de salud pública”, dijo.
Los impuestos a las importaciones de maíz blanco se sumarán a los aranceles de 50 % a las exportaciones de este grano que el Gobierno decretó en enero como una medida contra la inflación para incentivar que se quede en el país este cereal, que se usa para la dieta básica y elaborar tortillas.
Con información de EFE