El Gran Premio de Emilia-Romaña, sexta prueba del Mundial de Fórmula Uno, que se debía disputar el domingo en el circuito de Imola (Italia), fue cancelado ante la emergencia climática que vive la región.
La decisión se ha adoptado tras las conversaciones entre todas las partes implicadas y después de que el vicepresidente del Gobierno italiano y ministro de Infraestructuras, Matteo Salvini, considerara que ante la situación generada era “oportuno aplazar el Gran Premio” para centrar la atención en las tareas de rescate.
En un comunicado emitido por la organización del Mundial, explica que tras las conversaciones mantenidas con el presidente de la FIA, Mohamed bin Sulayem, las autoridades competentes, incluidos los ministros pertinentes, el Automóvil Club italiano, responsables regionales y locales y promotores, “se ha tomado la decisión de no continuar con el fin de semana del Gran Premio en Imola”.
“La decisión se ha tomado porque no es posible celebrar el evento con seguridad para nuestros aficionados, los equipos y nuestro personal, y es lo responsable dada la situación a la que se enfrentan las ciudades de la región. No sería correcto presionar aún más a las autoridades locales y a los servicios de emergencia en estos difíciles momentos”, afirma el escrito.
La organización del Mundial de Fórmula Uno envía asimismo “sus pensamientos a las personas y comunidades afectadas por los recientes acontecimientos en la región de Emilia-Romaña” y “rendir homenaje a la labor de los servicios de emergencia que están haciendo todo lo posible para ayudar a los necesitados”.
Este mismo martes las lluvias torrenciales que azotan buena parte de Italia obligaron incluso a evacuar el Autódromo Enzo e Dino Ferrari, el circuito en el que se tenía que disputar el Gran Premio.
El desbordamiento del río Santerno rodeó de agua las instalaciones deportivas, anegando varios tramos de carreteras cercanos a la pista, además del aparcamiento y de algunas colinas con césped sobre las que se instalan las gradas para el público.
El agua, en cambio, no llegó al circuito, aunque se evacuó al personal que trabajaba ultimando los preparativos antes de la gran cita deportiva. También fueron desalojados los boxes, los locales comerciales y la sala de prensa.
“Dediquémonos a las tareas de socorro”, afirmó Salvini antes de la decisión definitiva, puesto que su objetivo era “concentrar todos los esfuerzos para hacer frente a la emergencia, evitando también sobrecargas de tráfico en una zona muy afectada”.
Según los últimos datos, al menos cinco personas han fallecido y una está desaparecida tras las inundaciones que han arrasado localidades enteras de la región y donde se cuentan más de 5.000 evacuados e importantes problemas en el servicio eléctrico, de telefonía y en la viabilidad.
El ministro de la Protección Civil italiana, Nello Musumeci, dio en una rueda de prensa un primer balance de la situación en la zona, que definió como “crítica”, pero que podrá mejorar en la tarde del miércoles con el cese de las lluvias.
En total han sido 24 las localidades inundadas de la región, sobre todo en las provincias de Forli, Cesena y Ravena, debido a que “todos los ríos de Emilia Romaña han registrados desbordamientos”.
Stefano Domenicali, presidente y director general de la Fórmula Uno, aseguró que “es una tragedia ver lo que le ha ocurrido a Imola y Emilia Romagna, la ciudad y la región” en la que creció.
“La decisión que se ha tomado es la correcta para todos en las comunidades locales y la familia de la F1, ya que tenemos que garantizar la seguridad y no crear una carga adicional para las autoridades mientras se ocupan de esta terrible situación”, apuntó Domenicali.
Mientras tanto, Ben Sulayem también aseguró que sus pensamientos y los de la familia de la FIA están con los afectados y que “la seguridad de todos los implicados y los esfuerzos de recuperación son la máxima prioridad en estos momentos”.