Antonio Ceja
Morena y su fundador son, desde un punto de vista médico, un cáncer social y en lo político el caldo de cultivo para crear un desastre nacional en todas sus esferas justificándolo bajo la perspectiva de que todos los gobiernos anteriores le hicieron daño a la sociedad mexicana.
El no reconocimiento del quehacer político del pasado ha dejado a la llamada e inteligible cuarta transformación la erosión de instituciones que, a pesar de la alternancia del poder ha dejado entidades que han dado equilibrio socio político al país y que, si se revisa bien el tema, la mejora en aras de perfeccionar la operación de instituciones que le han dado estabilidad y confianza a la nación es totalmente viable bajo los principios democráticos y no autoritarios como pretende el presidente Obrador prácticamente desde que asumió el poder.
Acorralado, López fragua desde su demencia, que el pueblo debe ser salvado por él y su recua de seguidores planteando opciones irreales, ilegales y hasta demenciales. Su odio hacia todo lo que él considera que no está con su proyecto, sufrirá las consecuencias que van desde el amedrentamiento fiscal hasta la persecución judicial mediante la invención de delitos con el único fin de borrar de la escena nacional a los que él llama “sus adversarios”.
Bajo esa perspectiva y sabiendo que varias de sus locuras no han trascendido debido, principalmente, a que en el país todavía existe una frágil pero eficiente división de poderes, el presidente escarba hasta donde le permite la ley esquemas legaloides para permear a las instituciones que todavía no se rinden a sus locuras antidemocráticas.
El INE bajo fuego y el caballo de Troya
Aunque López ha mandado a toda su artillería a desestimar el eficiente trabajo del INE en los procesos electorales contemporáneos, no ha logrado penetrar la estructura del órgano que garantiza elecciones limpias a través de sus procesos pese a que el INE mismo le dio la validez que hoy lo tiene ejerciendo la presidencia de la república. Pese a ello, López sigue montado en su necedad de afirmar, sin prueba alguna, que el INE es un bastión del conservadurismo; que es una mafia y que sus consejeros son parte de la oligarquía ficticia que vivie en la cabeza del macuspano.
Ante ello, la infiltración de agentes enemigos de la democracia disfrazados como aspirantes a consejeros y presidente del INE y que buscan entrar al organismo electoral, son la muestra de que López presionará hasta lograr el objetivo de poseer, mediante terceros, el control de los procesos electorales en la figura de aspirantes cercanos a su figura. La intención es clara: modificar todos los procesos internos para ejercer su torcida perspectiva de lo que es la democracia morenista.
La propuesta de aspirantes a consejeros del INE, enmarcada en las facultades del presidente de la república, está manchada por mujeres de las cuales, cuatro de las cinco finalistas para presidir al órgano electoral, son cercanas al círculo de López: la hermana de una secretaria del gabinete, la esposa de un subsecretario, la hija de un influyente senador y la prima de un súper delegado.
Entendamos, primero, que, todos los alfiles de López Obrador lo obedecen ciegamente y no mueven un dedo si no es con el aval del macuspano. Bajo esa perspectiva, si se logra infiltrar un allegado del presidente, la célula cancerosa prosperará hasta lograr el objetivo de que el gobierno tenga el control de las elecciones como ocurría hace más de 30 años cuando todos sabíamos quién iba a ganar. Sería un retroceso inminente a los procesos de perfeccionamiento implementados gracias a la independencia del INE que son reconocidos a nivel mundial.
La destrucción, basada en que todo lo que se logró, a pesar de los bandazos socio políticos en la historia contemporánea del país, es el principal objetivo del tabasqueño para alcanzar el control, como lo hacen las más crueles dictaduras, de los órganos independientes que le dan estabilidad a nuestro país.
Veremos, en los próximos días, una lucha encarnizada entre lo irreal y lo ficticio enfrentando la capacidad que aún tiene los órganos independientes para alcanzar la legalidad basada en la Carta Magna y los caprichos de la ira de López Obrador.}
La moneda está en el aire.