Un submarino que suele transportar turistas para ver los restos del Titanic ha desaparecido en la costa este de EEUU, desencadenando una operación de rescate, dijo a la cadena británica BBC la Guardia Costera de Boston.
La empresa OceanGate, que opera estas expediciones, confirmó que se trata de un sumergible. “Estamos explorando y movilizando todas las opciones para traer a la tripulación de vuelta sana y salva”, declaró en un comunicado publicado por la BBC, en el que no detalló cuántas personas había a bordo.
“Toda nuestra atención se centra en los tripulantes del sumergible y sus familias”, agregaron. “Estamos trabajando para que los tripulantes regresen sanos y salvos”, añadió.
Varias compañías organizan viajes de varios días para ver los restos del Titanic, que se encuentra a unos 3.800 metros de profundidad y a una distancia de unos 640 kilómetros de la isla canadiense de Terranova.
OceanGate Expeditions había anunciado recientemente en su web y redes sociales que una expedición para ir a ver los restos del Titanic “estaba en marcha”.
Según promociona la compalía, el viaje en su sumergible de fibra de carbono es “una oportunidad para salir de la vida cotidiana y descubrir algo verdaderamente extraordinario”.
El 14 de junio, la compañía dijo en Twitter que estaba usando la empresa de comunicaciones Starlink para mantener abierta la línea de comunicación con la expedición que se dirigía al Titanic.
En el sitio web de la compañía, se anuncian viajes de siete días para ver los restos del Titanic y se especifica que su precio son unos 250.000 dólares. Dura aproximadamente ocho horas: dos horas y media de bajada, tres horas en el fondo marino y otras dos horas y media de subida.
El modelo Titan de OceanGate, con capacidad para sumergirse a 4.000 metros, puede llevar a cuatro personas más el piloto y, con ese número de personas, puede estar hasta 96 horas bajo agua.
El Titanic realizaba su viaje inaugural desde Southampton, Inglaterra, a la ciudad de Nueva York cuando chocó contra un iceberg frente a Terranova en el Atlántico Norte el 15 de abril de 1912. El transatlántico de lujo se hundió en cuestión de horas, un accidente que cobró la vida de unas 1.500 personas.
Los restos no fueron localizados hasta más de siete décadas después, en 1985.
Están dividido en dos partes, con la proa y la popa separadas por unos 800 metros entre sí. En el medio y alrededor hay un enorme campo de escombros del naufragio.