Tras años de una creciente tensión entre ambos países, marcada por una guerra económica,Estados Unidos y China reconocieron “avances” en sus relaciones tras la reciente visita que hizo el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, a Beijing.
El presidente norteamericano Joe Biden afirmó este lunes que las relaciones van por “el buen camino”, pese a las grandes diferencias sobre temas clave que mantienen las dos grandes potencias mundiales. Luego de un evento en California sobre el clima, el jefe de Estado dijo a la prensa que “Blinken hizo un excelente trabajo”.
Esta es la primera visita de un jefe de la diplomacia estadounidense a ese país desde 2018. “Estamos en el buen camino”, agregó el mandatario demócrata.
Al ser consultado por los periodistas si cree que se lograron progresos en la relación bilateral, Biden respondió: “No es que lo crea, sé que los ha habido”.
El presidente, quien se reunirá con su secretario de Estado a su regreso a Washington, explicó que estuvo informado en todo momento sobre el viaje a través del consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan.
Por su parte, el presidente chino, Xi Jinping, se congratuló este lunes por los “avances” entre Beijing y Washington.
En un gesto simbólico, el jefe de Estado chino recibió a Blinken en el Gran Salón del Pueblo, el monumental edificio que sirve para acoger a los dignatarios extranjeros en la plaza de Tiananmen.
“Espero que el secretario Blinken, a través de esta visita, aporte un resultado positivo a la estabilización de las relaciones entre China y Estados Unidos”, declaró Xi a su interlocutor.
Xi destacó que “las dos partes lograron avances y encontraron terrenos de entendimiento en varios puntos específicos”, que no se precisaron, según un video difundido por la televisión pública CCTV.
La entrevista de Xi se produjo en el segundo y último día de la visita de Blinken a China, la primera en casi cinco años de un secretario de Estado.
Ambas partes redujeron, no obstante, las perspectivas sobre una posible gran reconciliación.
Blinken afirmó que Estados Unidos y China quieren “estabilizar” sus relaciones, aunque sigue siendo “lúcido” sobre los desacuerdos bilaterales de fondo: “No nos hacemos ilusiones sobre los desafíos de gestionar esta relación. Hay muchos temas en los que estamos profundamente, incluso con vehemencia, en desacuerdo”.
“Hemos hecho avances y vamos hacia delante”, agregó el jefe de la diplomacia de Estados Unidos ante la prensa. Pero “ninguna de estas cuestiones se resolverá en una sola visita”, aclaró.
Otra señal positiva: el ministro chino de Relaciones Exteriores, Qin Gang, aceptó una invitación de viajar a Estados Unidos, en una fecha todavía por determinar.
Varios temas tensaron en los últimos años la relación bilateral, entre ellos el apoyo de Washington a la isla autónoma de Taiwán, que Beijing considera suya, la rivalidad en el campo tecnológico, las reivindicaciones territoriales de la potencia asiática en el mar de China Meridional o el trato a los uigures, una minoría musulmana del noroeste de China.
El secretario de Estado dijo haber planteado varios asuntos de fricción, y manifestó la inquietud de Washington acerca de Taiwán, así como sobre la región de Xinjiang, donde se concentra la minoría uigur, el Tíbet o Hong Kong.
“El contacto directo y una comunicación continua al más alto nivel constituyen el mejor medio de gestionar las diferencias de forma responsable y de velar para que la competencia no degenere en conflicto”, reiteró Blinken ante los periodistas.
Los dos países tienen también posiciones opuestas en el conflicto de Ucrania, donde Washington ha venido apoyando militar y financieramente a Kiev, mientras que China ha evitado condenar la invasión rusa y quiere presentarse como un mediador.
Blinken dijo en ese sentido que China ha reiterado su promesa de no enviar armas a Moscú. “China nos ha asegurado a nosotros y a otros países que no está entregando y no entregará ayuda letal a Rusia para utilizarla en Ucrania”, aseveró.
Blinken se reunió por la mañana con el máximo responsable de la diplomacia china, Wang Yi, para quien las relaciones bilaterales se encuentran en un “momento crítico”. Ambas potencias deben “elegir entre el diálogo y la confrontación, la cooperación o el conflicto”, aseguró.
Wang reafirmó también la posición de su país respecto a Taiwán.
En los últimos meses, los contactos entre Washington y las autoridades taiwanesas, procedentes de un partido independentista, irritaron fuertemente a Pekín, que respondió con ejercicios militares de gran envergadura alrededor de la isla de gobierno democrático.
El poder comunista chino considera a Taiwán como una isla rebelde, que no ha logrado aún reunificar con el resto de su territorio desde el final de la guerra civil china en 1949.
“El mantenimiento de la unidad nacional sigue en el núcleo de los intereses fundamentales de China”, y “en este asunto, China no tiene margen para transigir o ceder”, enfatizó Wang.
Blinken repitió que Estados Unidos no apoya la independencia de Taiwán y mantiene su postura de preservar el “statu quo”, aunque aseguró tener “profundas preocupaciones sobre algunas de las acciones provocadoras que China ha tomado en los últimos años, desde 2016″.
(Con información de AFP)