El proceso de desinflación será más lento y está rodeado de incertidumbre, además de que resulta preocupante que la inflación subyacente siga en niveles elevados y mantenga una persistencia mayor a la esperada, revelaron las minutas de la última reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México.
Todos los miembros recalcaron que el balance de riesgos para la inflación se mantiene sesgado al alza, y la mayoría destacó que el componente subyacente, que refleja mejor la tendencia de la inflación, aún no muestra una tendencia a la baja, y que el entorno para los precios sigue siendo complejo e incierto.
“Esta fase de desinflación está rodeada de una mayor incertidumbre que la que usualmente se presenta en las fases de reducción de la inflación”, señaló un miembro de la Junta de Gobierno.
De acuerdo con el documento, ante el proceso de desinflación más lento de lo previsto, los pronósticos para las inflaciones general y subyacente se ajustaron al alza, y destacaron que la persistencia de la inflación subyacente sugiere que hacia delante se observaría una trayectoria más elevada a la esperada previamente.
Asimismo, señalaron que ante la postura monetaria que ya se ha alcanzado y en función de la evolución de los datos, el incremento en la tasa de referencia en la próxima reunión podrá ser de menor magnitud.
Descenso será gradual
Jessica Roldán, economista en jefe en Finamex Casa de Bolsa, aseguró que el mensaje principal de la minuta marca una inquietud adicional a la que ya había en el pasado por la trayectoria de la inflación y sobre todo por el segmento subyacente.
“Hay una mayor percepción de que la disminución de la inflaciónserá más gradual de lo que se esperaba, sobre todo en el componente subyacente y en particular la preocupación por el aumento en los precios de los servicios que comienza a hacerse más fuerte que antes”, afirmó.
Sobre ajustes a la tasa, consideró que puede haber un incremento de 25 puntos base, “pero en definitiva dejaron la puerta abierta para un incremento de 50 puntos base, en caso de que los datos de inflación vuelvan a sorprender”.
“La minuta muestra preocupación por el comportamiento de la inflación subyacente, tanto por su nivel, como por la persistencia que ha mostrado”, apuntó Luis Adrián Muñiz, subdirector de análisis económico de Vector. Estimó que la tasa terminal del actual ciclo monetario podría ubicarse en entre 11.5 y 11.75 por ciento a lo largo de la primera mitad de 2023.
Alberto Ramos, economista en jefe para América Latina de Goldman Sachs, destacó la preocupación de todos los miembros de la Junta sobre la persistencia de la inflación subyacente, y señaló que el actual entorno justifica una postura monetaria más agresiva y restrictiva. Estimó que ante el contexto inflacionario, se espera un aumento de 25 puntos base para la tasa en la reunión de marzo, y señaló que la puerta está abierta para otro incremento en mayo.
Cautela en guía prospectiva
Ante la elevada incertidumbre en la dinámica inflacionaria que refleja mayor persistencia y mayores presiones internas, “debemos ser extremadamente cautelosos en nuestra guía prospectiva”, consideró la subgobernadora del Banco de México, Irene Espinosa Cantellano.
Señaló que ésta debe ser creíble y factible, sin arriesgar la reputación del banco y minar la efectividad de la comunicación con el mercado.
“Esto cobra especial importancia ante la discordancia que se observa entre los mensajes de las autoridades monetarias de mantener la postura restrictiva por un tiempo prolongado, y las expectativas del mercado más acomodaticias”, dijo.
En este sentido, Roldán resaltó que dicha opinión disidente de Espinosa Cantellano sugiere que “hay discrepancias dentro de los miembros de la Junta de Gobierno de cómo comunicar hacia delante, es decir, cuál es el camino a seguir y eso denota que hay cierta preocupación por los efectos de la decisión sorpresiva que hubo”.