"Ayer, el país exigió a amlo y su piara, que dejen en paz al árbitro electoral, único ente civil que ha garantizado la alternancia pacífica y que hoy, se ha convertido en una obsesión porque para López, el INE es el parteaguas que puede poner fin a seis años de terror obradorista".
El presidente mexicano recibió, ayer, una muestra más de desaprobación de sus propuestas para, según él, reforzar la democracia nacional debilitando las funciones del INE con el estúpido pretexto de que el organismo electoral es oneroso y, por ende, antidemocrático. La ignorancia de AMLO, reconocida ya a nivel mundial, no le permite entender que el sistema electoral de un país no debe ser operado, influenciado, manipulado, coartado o debilitado so pena de caer en las garras de una dictadura donde es el Estado el que controla, organiza y califica los procesos electorales como se hacía el siglo pasado.
AMLO, por su ignorancia, no es capaz de aceptar, primero, la realidad global de que los países de primer mundo cuentan con sistemas perfectamente bien definidos en función de las necesidades históricas de contar con gobiernos emanados y respaldados por la sociedad y sus instituciones que fueron producto de la revisión electoral que tuvo que pasar por tragedias sociales para llegar a crear estructuras que den certidumbre a la elección de ciudadanos que habrán de encabezar un gobierno.
La visión de AMLO de que debería ser el Estado el que convoque, organice y cuente los votos, según él, garantiza la democracia en las urnas en función de que el gobierno en turno, como el que encabeza Morena, es la única manera de que el país salga de una crisis imaginaria apoderándose, unilateralmente, de los procesos electorales y con ello, garantizar una transformación nacional.
¡Nada más falso!
A estas alturas del partido, la 4t y AMLO se encuentran sumidos en el descrédito no solo nacional sino mundial porque el peje no ha logrado sino llevar para atrás al país forzándolo a adoptar sistemas políticos anacrónicos que incluyen la creación de problemas donde no los hay y surgir con soluciones que empeoran esos problemas.
Ayer, el país exigió a amlo y su piara, que dejen en paz al árbitro electoral, único ente civil que ha garantizado la alternancia pacífica y que hoy, se ha convertido en una obsesión porque para López, el INE es el parteaguas que puede poner fin a seis años de terror obradorista.
Sabemos que amlo no se detendrá en su fin de destruir al INE; junto con sus aliados del poder legislativo y el control parcial de la SCJN, buscará, con argumentos infantiles como el de que el INE es “muy caro” -mostrando nuevamente su ignorancia- destruir un logro social que costó mucho esfuerzo construir.
Debemos entender que amlo, por su desastrosa administración, siente que su proyecto terminará en 2024 porque la frialdad de los números, arrojan un balance negativo en todos los rubros que solo él mismo y su séquito se niegan a ver.
18 de marzo.
Vengativo e incoherente, amlo ya anunció, como lo hizo el año pasado, que el 18 de marzo llevará a cabo una función más para, según él, minimizar la marcha de ayer domingo: la conmemoración de un aniversario más de la expropiación petrolera. Basta ver la crisis en la que está sumida la paraestatal para entender la ignorancia de promover un acto como aquel donde los resultados son totalmente negativos. Obvio, lo único que le importa amlo, es la creencia de que sigue siendo apoyado, amado y querido por el que él llama “el pueblo” y que en su mente enferma es el que lo apoya incondicionalmente. Lo cierto es que lo único importante para él es escuchar de la multitud de acarreados gritando “es un honor estar con Obrador”; lo demás, simplemente no importa.