El gobierno de México busca hacer un cambio radical en los materiales educativos que utilizan los niños de primer grado, en nivel primario, a partir del próximo ciclo lectivo, que comenzará en ese país en agosto. Para esto, las dependencias preparan el lanzamiento de nuevos libros de texto que ya generan polémica por sus errores gramaticales, mal uso de recursos tecnológicos y una fuerte carga ideológica relacionada con la línea política del presidente actual, Andrés Manuel López Obrador.
Una investigación publicada por el medio Latinus reveló las fallas en el diseño de los libros que estarían dirigidos a niños de seis años. La publicación generó una amplia discusión en redes sociales. Entre las voces que reaccionaron se sumó el profesor y lingüista Adrián Chávez, quien avivó el debate con un video en su cuenta de TikTok, @nochaveznada.
“No le están enseñando a los niños a hablar mal, ni que lo que está mal, está bien; sino que más en línea con la lingüística moderna, se está alejando de esas categorías de bien y mal para explicar usos y su pertinencia en determinados contextos”, explicó el creador de contenido educativo en su video, que está cerca de llegar a un millón de reproducciones.
No obstante, el medio citado consultó a otros especialistas que tuvieron acceso anticipado a los materiales, quienes concluyeron que los libros no solo tienen faltas de ortografía y gramática, sino que también desprecian el correcto uso del español y buscan generar una ideología política afín al régimen de gobierno.
“Exigimos a las autoridades de la Secretaría de Educación Pública, en un ejercicio de transparencia, informar de manera puntual el estado que guardan los demás libros y por qué no se han convocado a las entidades y a los diversos actores a participar. Urge conocer los nuevos libros; los tienen en la opacidad”, mencionó Paulina Amozurrutia, directora de la organización Educación con Rumbo, en declaraciones publicadas por Expansión.
¿Errores o inclusión lingüística?
Aunque los materiales que se exhiben en el reportaje aún están pendientes de revisión por parte de autoridades estatales, expertos en enseñanza y padres de familia, la polémica crece y se centra en las formas del habla que ilustran algunos ejercicios gramaticales.
En lugar de mostrar que ciertas formas verbales son incorrectas, los materiales educativos normalizan la utilización de la terminación con “s” en acciones como “dijistes” o “hicistes”. El texto señala: “Añadir una ‘s’ en verbos que indiquen acciones pasadas: en ocasiones, al hablar, se pronuncia una ‘s’ al final de los verbos”.
En otra parte de la misma página aparecen las expresiones “sal para afuera”, “voy a subir para arriba”. El texto sugiere que estas fórmulas sirven para reforzar una idea. No obstante, la Academia Mexicana de la Lengua explica en su sitio web que “pueden considerarse redundantes desde un punto de vista semántico (…). No obstante, hay registros de estas construcciones desde la lengua latina y algunas variantes del español”.
Al respecto, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se refirió al tema en su conferencia de prensa del lunes y dijo que sus opositores “no quieren que se incorpore el habla de los pueblos”. En cambio, buscan “que todos hablemos físico, con tecnicismos” y sobre los errores señalados se limitó a decir: “México es un mosaico cultural y la lengua tiene que ver con las raíces de las culturas antiguas”.
Antecedentes de libros con errores en México
Esta no sería la primera vez que los libros de texto utilizados en las escuelas públicas de México contienen errores. Uno de los casos más emblemáticos sucedió en 2013, al inicio del mandato del expresidente Enrique Peña Nieto, donde los materiales que recibieron los alumnos tenían 117 errores ortográficos, como fallas en la colocación de la tilde, letras eliminadas en algunas palabras y fechas o lugares incorrectos de hechos históricos.