La movilización pacífica es un recurso legítimo de los ciudadanos, atiendiendo cualquier especie de demanda, denuncia o exigencia.
Sin embargo, en ocasiones mete la cola el diablo y es cuando la protesta se desdibuja y quedan al descubierto los intereses que subyacen o la mano que mece la cuna.
En el caso de los profes, quienes protestan inconformes por los resultados de una negociación SEP-SNTE, en pleno proceso electoral, el panismo local enseñó los calzones, como el verdadero titiritero que empuja la movilización contra en gobierno.
Esto se hizo evidente con la presencia de Sonia Murillo -Diputada del PAN- llevando víveres a los paristas de la SEP, cuando ella fue omisa para reportar a las autoridades federales el pago de los quinquenios, siendo Directora de Administración y Finanzas de la SEP cuando gobernaba el PAN en BCS. Luego Contralora General del Estado, por cierto, con una investigación en curso sobre su desempeño en esa dependencia.
Asimismo, coincidentemente, los principales promotores de la movilización, aparecen como activistas de los candidatos del PAN, y al mismo tiempo, su candidato Mares, surge como adalid de los maestros, prometiendo el oro y el moro a los profes, cuando él mismo votó a favor de la reforma educativa de Peña Nieto, lesiva al magisterio nacional.
Los mismos que votaron en contra de los Programas Sociales y ahora se desdicen.
En este sentido, lo que puede ser una justa demanda, se convierte en una descarada manipulación política electoral del PAN, utilizando a los profes como carne de cañón para sus aviesos intereses.
Porque casualmente, mientras gobernó el PAN, nadie dijo nada ni se manifestaron con la exacerbada furia de estos tiempos.
Bien dicen que, a río revuelto, ganancia de pescador.
Y claro, los pescadores de la coyuntura política, son los panistas que abiertamente se han montado en la lucha de los profes, con sobrado cinismo y descaro.